lunes, 21 de febrero de 2011

Misterios de la fe: f(L)=Random!


¿Cuál es la probabilidad de...?

Soñar con arañas.
Caerse a un río imaginario.
Que aflore un lagrimón en los ojos de un viejo embustero.
Que la mujer más ruda le tenga miedo a un pollo.
Que al lanzarme al mar caiga de espaldas.
Olvidar un recuerdo al azar.
Que Eleazar olvide un recuerdo.
Que sí, y que no.
Y que todo lo demás, ahora, ya.

viernes, 11 de febrero de 2011

domingo, 6 de febrero de 2011

Alone in Kyoto

Alguien vive algo allí entonces porqué.
Me gustaría creer en el alma, y en que la muerte no la puede alcanzar.

jueves, 3 de febrero de 2011

Mi amiga la ciudad

3 ideas imposibles de relacionar.

Despierto. Me arrastro a la cocina, agua para el té. Miro al balcón y la ciudad al descubierto. ¿Cuánto tiempo sin mirarle la cara? Lo olvidé, pero ella allí, como siempre.

Lo real y lo sensible. No todo lo real puede ser percibido. Dios y la gravedad son tan posibles como imposibles.

Sentido. Una muchacha estudia historia. En la iglesia prepara a unos pendejos para su primera comunión. Ellos la abrazan, le llevan regalos, la quieren. Es la mayor de 4 hermanas.Orgullo de sus padres. Ella muere y yo vivo. Buscamos el sentido a las cosas para brindarnos la ingenua idea de seguridad y control. La muerte no tiene sentido, casi nada lo tiene.

martes, 11 de enero de 2011

Me enamoré de una puta



Me gustó la sensacion de yo tener el control. 
Desde ese momento me enamoré de ella, 
no la he podido sacar de mi cabeza y no hay día en que no la recuerde. 
He pasado nuevamente varias veces por ahí, 
pero nunca más la he vuelto a ver. 
Un día le pregunte a una de sus colegas pa ver si la conocía 
y ni rastros, 
no tenían idea quien era. 
Si alguien tiene algún dato que me avise.

--Fernandro, La Estokada

lunes, 3 de enero de 2011

La rebelión de los espejos

A comienzos del periodo Edo, un formidable guerrero consolidó su prestigio tras derrotar al hijo del maestro del dojo donde él había entrenado por años. Sería conocido en todo Japón por el nombre de Ganryu, que significa "estilo de la gran roca", pues en sus combates empleaba un nodachi, una katana más larga de lo habitual.

Al poco tiempo de haber fundado su propio estilo llegaría a su dojo un joven guerrero como él, quien viendo en su adversario la oportunidad de ser reconocido por su señor Hosokawa Tadaoki como un samurai de prestigio, retó a Ganryu a un duelo en el que pondría a prueba su habilidad con la katana. Ganryu honró el desafío y aguardó a la mañana siguiente, desde muy temprano, la llegada del joven que le hubo desafiado. Al llegar éste el duelo se realizaría de inmediato, siendo Ganryu el vencedor inequívoco, quien tras finalizar el duelo despidió cortésmente al joven guerrero ahora vencido.

Poco tiempo después vino el tío del joven, reclamando su justo derecho a vengar la derrota de su sobrino a manos de Ganryu, quien para él no tenía dominio alguno de la katana. Viendo comprometido su honor, esta vez el duelo se resolvió de inmediato, y aprovechó Ganryu de mostrar a su oponente aquella técnica que lo  haría famoso más tarde, el Tsubame Gaeshi, o "el Regreso de la Golondrina", llamado así pues imitaba el movimiento de la cola de una golondrina cuando emprendía el vuelo. Esta técnica consistía en un rápido y violento golpe de arriba a abajo para luego ascender en ángulo a su posición inicial, como si se tratase de un águila alzando el vuelo tras capturar a su presa. El retador fue vencido y herido de muerte, Ganryu le dejó marchar en paz pues ya su deuda había sido saldada.

Sin embargo, estas victorias sólo incrementaron su fama más y más, arrastrando a su dojo a decenas de muchos otros jóvenes que veían en el duelo con Ganryu su oportunidad de reconocimiento, y tras ser vencidos o dejados sin vida por la habilidad de Ganryu originaron cientos de feudos de sangres, que, con el tiempo, terminaron por quebrar el espíritu del duelista. Llegó el día en que Ganryu tenía a las puertas de su dojo diez o veinte hombres reclamando un justo duelo, y él uno tras otro los vencía empleando su Tsubame Gaeshi. Hasta que un día, tras mirarse en el estanque de su jardín, no supo quién era el que allí se reflejaba, si su técnica o el que alguna vez creyó ser, Ganryu. Y de ser él no más que una técnica con la katana, no era su técnica más que una mentira, pues la tan famosa Tsubame Gaeshi, que nunca había conocido la derrota, había terminado derrotándolo a él, y él era Tsubame Gaeshi.

-o-

"¿Ser o no ser? Esa es la cuestión. ¿Cuál es más digna acción del ánimo, sufrir los tiros penetrantes de la fortuna injusta, u oponer los brazos a este torrente de calamidades y darles fin con atrevida resistencia?"

Porque una mujer que acude a los brazos de su pareja, en cualquier lugar, donde quiera que la necesidad le urja, incapaz de alzar la frente y desde lo alto coronarse emperatriz de toda su existencia; o aquel otro, que incapaz de servirse de su propia voluntad no se halla dos noches sobre la misma cama; ambos, ineludiblemente, se mirarán al espejo un día y no sabrán quien está allí. Pues han llevado consigo un pequeño escenario desde donde nos explican a nosotros, los otros, y con embellecidas palabras, las crueldades de sus vidas pasajeras. Y dirán al fin, ¿fui yo el que te amó tanto? ¿O fue el otro, el que te habló por mí desde el teatro?

Vivir es un acto de consciencia.

jueves, 30 de diciembre de 2010

La ciudad de los espejos II

Por otra parte, me encanta ver que las cosas se repiten una y otra vez, como si todos estuviésemos condenados a cometer las mismas tonteras hasta que nazca, al fin, el bastardo con cola de chancho. De alguna manera me hace sentir acompañado.

La ciudad de los espejos I

Heredé ese gusto por lo viejo, no en un sentido fetichista, coleccionar objetos siempre me ha parecido tan artificioso. Un par de veces encontré alguna hoja arrancada de su libro, la leí y la boté. No toleraba la curiosidad por conocer el motivo por el cuál fue arrancada.

¿Y a qué el preámbulo? Llevo dos años armando el árbol familiar, me he enterado de toda clase de locuras. La verdad me he terminado convenciendo que casi todos llevamos dos vidas, la sencilla que anotamos en nuestros currículos laborales, y la otra, la que no sabemos por donde comenzar a explicar.

Un árbol familiar es un gran libro de mentiras, pura literatura, y a veces aparece un tipo, se enamora de unos párrafos, y arranca la hoja. Y podría pasarse la vida hablando de ese único capítulo.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Prima vera



Hasta ahora yo he hablado muy poco de mi madre y de mi hogar. Es posible que hasta el momento de quedarme solo frente a mí mismo, yo no hubiese reparado en los seres y las cosas que más cerca tenía y que, sin embargo, llevaba en mí como se lleva la sangre en las venas. Es posible también que no quisiera mezclar este mundo caro a mi afecto al otro, tan dispar, en que se movían mis andanzas de niño. 

A menudo abjuramos de lo que nos es más amado para que nuestras relaciones con los otros resulten llanas y fáciles. El hombre se habitúa desde muy temprano a una especie de mimetismo con el ambiente; pero conserva allá en el fondo, encarnizadamente, sus grandes afectos, sus cosas más inviolables. Hay seres a quienes se les va la vida en este juego de ocultamiento, y mueren sin haber visto nunca el rostro de su propia verdad. Sin embargo, basta a veces un incidente pueril para revelarles “el otro”, del cual anduvieron huyendo.

Unos lo consiguen demasiado tarde; otros demasiado pronto.
Y quién sabe si no sea éste el eje único de toda la existencia.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Viaje de la noche al alba


De noche escucho mis pasos, me ocultan las sombras, me pierdo entre el silencio y los remolinos de mi mente. Por las mañanas revivo con la fuerza esplendorosa de una primavera verde y rotunda. Y tú mientras tanto trasnochabas maqueteando, despedías todas las tardes en el horizonte y eras la primera en recibir el alba. No me digas. ¿Podías ver el futuro en los arreboles de la tarde, bajo la tutelar compañía de una solitaria estrella del alba? ¿Y que viste?

Nada.

¿No te parece milagroso?

Time is running out



Soñé que estabas recostado sobre la rama de un árbol y jugabas con un péndulo, como esos de reloj. Un rayo de sol caía sobre ti. Yo te miraba desde abajo cuando me invitaste a subir.

Ni que hubiese estado esperando por tres años a que subas al árbol de mi vida.

jueves, 16 de diciembre de 2010

El café junto a Duchamp



Nos tomábamos un café en el mall Bellavista cuando tuve el desatino de pasar por entre medio la palabra arte. Arremetió de inmediato, como si nunca le hubiesen dado la oportunidad de lanzar por la borda sus recelos en cuanto a lo que sus profesores pretendieron inculcarle. Comenzó con Duchamp, a quien conocía vagamente de nombre. No sé dónde terminó, antes de que ello ocurra dejé de prestarle atención, quizás pidiendo un café tras otro, pensando qué cosas, quizás hasta me fui siguiendo alguna mariposa. No. Seguramente sólo me fui.

Arte. Eso quedó. Una palabrita como muchas otras que soltamos a la ligera, cuya definición ha de reposar -y confiamos en ello- en el buen sentido común colectivo. Arte.

Hoy Rodrigo dijo ser un artista al reconocer y dar mérito a su trabajo, y concluí tras recordar a esta muchachita del café que, inevitable y necesariamente, hay dos maneras de acercar el objeto al arte, una es a través de la perfección y la otra es a través de la verdad. Técnica y resultado, quizás. Y es que sostengo firmemente que los objetos algo dicen, poseen la cualidad de manifestar una realidad, y cuanto más se acerque su mensaje a la realidad objetiva que persiguen comunicar, más verídicos serán, más verdaderos y, por consiguiente, más cercanos al arte. La perfección o técnica guarda relación con aquellos aspectos propios del artista, en especial con su ánimo e inspiración. ¿Qué debe animar el alma del artista para que su técnica sea perfecta? Nada debe animarla, de esta manera su nombre se fundirá en el objeto mismo que crea, convirtiendo al objeto en un fiel reflejo de la realidad que contiene al artista.

La verdad es un absoluto. La perfección exige libertad.

Corazón de león

Todo es guerra. 
Pensar de otra manera es creer que vivimos en un mundo mejor de lo que en realidad es.

Y sin embargo, esta condición no resta belleza a la vida, al contrario, la realza.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Schellden


Man's unfailing capacity to believe what he prefers to be true rather than what the evidence shows to be likely and possible has always astounded me. We long for a caring Universe which will save us from our childish mistakes, and in the face of mountains of evidence to the contrary we will pin all our hopes on the slimmest of doubts.

lunes, 13 de diciembre de 2010

"Los hombres son como los años, no te das cuenta cuando se te vienen encima".

Je.

-o-

"¿Por qué te burlas de mí, papi?
Para que te rías, hijo."

viernes, 10 de diciembre de 2010

El pueblo no tenía ni nombre de chico que era, una decena de casuchas a medio levantar guarecían a las pocas familias que habían venido en busca de unas minas de plata que nunca se hallaron. A mitad del pueblo la iglesia, y en la plaza frente a ella una fuente donde una pequeña estatua recordaba la herencia indígena de los habitantes. Tan chico era este pueblo que la calle principal frente a la iglesia se llamaba Calle de la Iglesia. La calle que circundaba el pueblucho y se alejaba hacia las granjas y viñedos se llamaba Calle de la Granja. Y no hace mucho, cuando el pueblo tuvo su primer fallecido, debieron colgar un letrero que decía Calle del Cementerio en la única vía que conducía hacia las lomas a lo lejos donde unánimente los pueblerinos decidieron enterrar a sus muertos. Así de chico era el pueblo donde se crió Aca, un muchacho de no más de veinte años oriundo de Cartagenas, que hacía gala de su cuna cada vez que la ocasión lo permitiera, en especial si había una muchacha presente, pues sabía que de alguna manera se había convertido en una de las pocas rarezas del pueblo.

Su días de galán y noches en las que se arrojó desnudo a la fragua de la vida hallaron abrupto final cuando vio saliendo de la iglesia a Camila, la mujer mas hermosa que hubiese puesto un pie en este pueblo perdido. Estuvo todo un año intentado visitar a Camila, pero su padre, el alcalde del pueblo y el más viejo de los hombres, no permitiría que su única hija se case con un pordiosero que no tiene ni para comprarse un par de zapatos. Decidió hacerse zapatero, y al poco tiempo ya tenía una que otra herramienta que logró conseguir o robar y casa por casa ofreció sus servicios de remienda e improvisada manufactura, empeñado en comprarse un traje y un par de zapatos para llevar a Camila al altar. Pero el tiempo pasaba, y al cabo de dos años recién tuvo para su camisa, luego un pantalón, quizás la chaqueta. Mientras tanto Camila aguardaba y lo veía de lejos, hasta que un día empujada por sus años a cuestas y el bonito traje de otro que llegó, se caso y se fue del pueblo para nunca más volver.

Y cuando alguien ahora se le acerca y pregunta por qué pasa todo el día haciendo zapatos él responde ya con voz de anciano. Soy zapatero, mi nombre es Aca de Cartagenas, el mismo que viste y calza, ¿me escucha bien? Calza. Y hago zapatos para que nadie sepa lo que es llorar de amor.

jueves, 9 de diciembre de 2010


Comer tierra, hacer hoyos, leer, regar, el cielo nocturno, el pasto, los números, caminar, mi bicicleta. Y eso.

Hacia otro mar



Amé y perdí, ¿qué más? Dijo llorando, el muy hipócrita.

¿Será mucho pedirle a la vida un pequeño espacio para mi primer acto de heroísmo genuino?

viernes, 26 de noviembre de 2010

Amor se escribe sin hache.


Hombre
Hembra
Habla
Hecho
Humanidad
Herencia
Honestidad
Humor
Amor

"Que en la Humanidad son humildes los que no pueden ser soberbios y son soberbios los que carecen de talento en absoluto, lo que motiva el que unos y otros deban ser despreciados por igual. Que la bondad hace nacer la ingratitud; de suerte, que la verdadera bondad consiste en ser malo para evitar que los demás caigan en el horrible vicio de ser ingratos. Que los tontos sólo aman a lo que los adulan, y los listos ni a ésos."

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Cosas


Me despedí, lo miré y algo había en su mirada, algo pasaba por su mente, sorpresa o encanto. Hace poco me envío un correo, quiere que trabajemos juntos.
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"Casa nueva, ideas nuevas, sensaciones nuevas, proyectos nuevos. Oportunidades nuevas. No puede ser sólo coincidencia" -dijo con esa sonrisita temerosa. 
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Tal vez me vaya a Praga en junio. Mi tía Mirta vivió allá desde los diecisiete años hasta los cuarentaitantos, durante la dictadura. Tuvo un breve romance con un escultor quien le obsequió un quijote en bronce que terminó en mi dormitorio y luego se lo quedaría la niñita ésa. Quién sabe, quizás aún esté vivo el escultor.
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Estoy feliz.